El Lago Baikal: mucho más que turismo invernal
El lago Baikal situado al sudeste de Siberia, en la frontera con Mongolia, es conocido entre los turistas invernales por sus espectaculares aguas atípicamente claras, su coraza de hielo de cerca de un metro de espesor en algunas porciones, los bloques de hielo transparentes que emergen de sus aguas congeladas y las numerosas cuevas saturadas de estalactitas de hielo que se pueden encontrar sus muchos islotes. El lago tiene otra particularidad, desde aire, pueden verse unos anillos en hielo de gran diámetro (unos 4,5 km los mayores). No se sabe con certeza que los produce pero se ha propuesto que se deben a torbellinos potentes en el agua: el agua más cálida asciende por convección y al acercase a la superficie se congela. También se especula que los torbellinos podrían deberse a emisiones de metano. Cualquiera sea la causa, la vista es espectacular.
En verano, de junio a agosto, el paisaje cambia drásticamente. El hielo superficial da paso a una superficie límpida y tranquila de aguas híper cristalinas, que permiten ver con claridad hasta más de 20 metros de profundidad, una transparencia única en el planeta.
El mayor reservorio de agua dulce del planeta
El lago Bailkal recibe las aguas de unos 350 a 550 rios (el numero varía según la fuente) de una cuenca de más 500.000 km2. Pero tiene un único efluente, el río Angará, que tras recorrer unos 1.179 km desemboca en el Yeniséi. Esta conformación tan peculiar de afluentes y efluente hacen que el lago sea capaz de retener el agua durante varios cientos de años. De hecho, se estima que de dejar de recibir agua, tardaría 400 años en vaciarse por completo.
El lago Baikal es largo (636 km) y estrecho (79 km) y tiene una superficie de 31.722 km2. Su tamaño sigue en aumento porque se encuentra en una fisura tectónica que se ensancha 2 cm cada año. Sus dimensiones lo convierten en uno de los más grandes del planeta, pero debido a su extraordinaria profundidad (1.680 m) llega a albergar más de 23.615 km3 de agua dulce (20% del agua dulce no congelada del planeta). No solo es el lago más profundo sino el mayor reservorio individual de agua dulce superficial del planeta, descontando por supuesto los hielos de la Antártida. El Acuífero Guaraní (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) con 1.194.000 km2 y unos 35.000 km3 de agua dulce le hace la competencia, pero se trata de un reservorio subterráneo.
El Baikal es también uno de los lagos más antiguos del planeta. Se formó hace unos 25 a 30 millones de años y curiosamente, debido a su altitud probablemente, sus sedimentos no han sido afectados por los glaciares continentales. Esta capa de sedimentos, de unos 9 km de profundidad, es una fuente de información geológica y climática de valor incalculable.
Veintiuna islas vírgenes y una gran biodiversidad
El lago contiene 21 islas pequeñas o islotes deshabitados, una gran isla, la Olkhon, de unos 72 km de longitud, y la isla de Gran Ushkan de unos 4,2 km de largo. Muchos de los islotes del lago forman parte del Parque Nacional Transbaikal y contienen la mayor parte de los apostaderos de la nerpa, la foca endémica del lago Baikal. La isla Olkhon ostenta el título de la tercera entre las islas lacustres del planeta. Está habitada por varias etnias entre las que dominan los buriatos, un pueblo nómada que decidió asentarse allí hace varias centurias. Sin duda, el lago Baikal es un lugar de records.
Debido a su antigüedad y asilamiento, el lago alberga una de las mayores y más singulares biodiversidades de agua dulce del planeta. Se estiman unas 1.600 especies de animales, y además, 1.085 de plantas y 850 especies de algas, sin incluir otros protistas y los hongos. No es de sorprender que casi 80% de los animales sean endémicos, con los peligros que eso conlleva. El lago es tan extraordinario que la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 1996 según los criterios vii, vii, ix y x.
Especies emblemáticas
Con tal diversidad de especies es arriesgado mencionar solo algunas, pero asumiendo el riesgo, aquí va una minúscula muestra que abarca mamíferos, peces, un ave y un copépodo.
La foca del Baikal o nerpa (Pusa sibirica) es, quizá, la especie más singular. Es una de las tres focas de agua dulce del planeta, pero las otras dos son subespecies de una especie de hábitos marinos (P. hispida saimensis y P. hispida ladogensis). La nerpa no solo es singular en sus hábitos sino también en su tamaño, pues apenas alcanza 1,4 m de largo, cuando mucho, y los 130 kg de peso.
La nerpa siempre busca el hielo. A mediados de octubre, cuando el lago comienza a congelarse, se mueve hacia la costa donde el hielo se forma primero. Entre enero y mayo, los meses más fríos, pasa la mayor parte del tiempo bajo la superficie helada, en aguas profundas, en el centro del lago. Los partos también ocurren en el hielo, en madrigueras construidas por las hembras. Entre mayo y junio, cuando el hielo se resquebraja y derrite, las focas se aletargan; se concentran en los islotes rocosos, mudan el pelaje, y casi no se mueven ni se alimentan.
Pero la vida de la foca del Baikal no solo es hielo, paz y tranquilidad. Sus poblaciones han fluctuado dramáticamente desde el siglo XX debido al efecto de la caza comercial y al virus del moquillo canino o distemper. Aunque son utilizadas como alimento por la población local, esta actividad no representa una amenaza a su supervivencia. Actualmente se estima que la población tiene unos 54 mil ejemplares y hay evidencias de que se mantiene estable, por lo que, por ahora, no está amenazada (Preocupación Menor, LC).
El topillo o campañol de montaña de Olkhon (Alticola olchonensis) es otro mamífero endémico del lago, específicamente de las islas de Olkhon y Ogoi. Se conoce poco de su historia natural pero la presión turística y recreativa sobre su limitada distribución es la principal amenaza a su supervivencia. Es una de las dos especies en peligro endémicas del lago, y está catalogada como Amenazada (EN). La otra especie en peligro es el copépodo Epischurella baikalensis (Vulnerable, VU). Este crustáceo diminuto (1,5 a 2 mm de largo) constituye 90% del zooplancton de su tamaño en el lago y tiene un papel fundamental en el filtrado y la purificación de las aguas. Precisamente por eso, la polución industrial y militar de las aguas del lago lo ha puesto en peligro.
Los peces, por supuesto, deben estar en la lista, y es difícil elegir alguno como el más representativo. Quizá el pez endémico más curioso del lag sea el golomyanka (Comephorus baikalensis). En invierno y primavera se acerca a la superficie helada del lago, entre 25 y 400 m de profundidad, pero en invierno se sumerge hasta casi los 1.700 m. Es un pez de cuerpo gelatinoso y rico en grasa, casi transparente y que carece de escamas. Su alto contenido en grasas, hasta 40% del peso en las hembras, lo convierte en el alimento ideal de la nerpa. Debido a sus hábitos ha sido difícil evaluar el estado de su población, pero nada indica que esté mermando de manera considerable; se le cataloga como en Preocupación Menor (LC).
El tímalo del ártico (Thymallus arcticus) es un salmónido común en el lago, con distribución amplia en la región ártica, que también se encuentra en el lago Baikal. El aspecto de este salmón es muy singular: durante la época reproductiva los machos desarrollan una aleta dorsal muy grande para su tamaño, semejante a una gran vela, moteada de blanco y rojo sobre verde brillante. Hasta hace poco se reconocía una subespecie endémica del lago (T. arcticus baicalensis) pero esta distinción se ha eliminado.
El esturión siberiano (Acipenser baerii) es el pez más grande del lago, pero no es endémico. Puede alcanzar los 2 metros de largo y hasta los 100 kg de peso. Su carne y sus huevas son muy valoradas como alimento, y la sobrepesca ha diezmado sus poblaciones. A este mal se une la construcción de represas que impiden los movimientos migratorios hacia los sitios de desove, aguas arriba. Aunque la pesca comercial está prohibida en casi toda su distribución, y la recreacional solo está permitida en una parte de ella, la pesca furtiva es intensa. Debido a que sus poblaciones siguen decreciendo, está catalogado en Peligro Crítico (CR). Otra especie no endémica merece mención, el lucio norteño (Esox lucius). Aunque está presente en muchos ríos de Siberia alcanza tamaños superiores en el lago Baikal.
Entre las aves, la más llamativa es la cerceta del Baikal (Sibironetta formosa). No es endémica del lago pero llena de color el paisaje. Los machos tienen un patrón complejo en la cabeza con verde, blanco, negro y beige-ocre; tiene el pecho de tonos rosados, los flancos grises, y las escapulares blancas. Nidifica en montículos de hierba cerca de las orillas y se va a invernar a otros lagos de agua dulce que no se congelan a. La caza es la principal amenaza a su supervivencia, en su área de distribución, pero no necesariamente en el lago; sin embargo, sus poblaciones se mantienen estables Preocupación Menor (LC).
El Baikal no se salva de los peligros
Por remoto y despoblado que parezca el lago Baikal, no escapa a los peligros ambientales. En la orilla sur funciona desde hace varias décadas una planta procesadora de madera para producir papel. Los desechos de la planta se vierten en el lago desde entonces, a pesar de las protestas de la población concienciada. Sin embargo, desde 1989, el Instituto Tahoe Baikal estudia el impacto que pueden generar esos residuos, con la participación de científicos de Rusia, Mongolia y EE.UU. Hasta ahora, el impacto parece ser pequeño. El agua del lago, en general, es potable sin necesidad de procesarla, en buena medida gracias al servicio ecológico que presta el zooplancton.
El lago se ha salvado de un peligro mayor a la planta de papel, el oleoducto de la empresa rusa Transneft. Esta gran tubería iba a pasar a unos 800 m de la orilla del lago, y el peligro de derrames era considerable debido a la sismicidad de la zona. Sin embargo, esta vez, el trabajo de los conservacionistas locales y mundiales dio fruto y la ruta del oleoducto fue desviada lejos del lago.
Sin embargo, la mayor amenaza para el lago es indirecta: la polución de las aguas de sus afluentes. Debido al volumen de agua que alberga el lago y su baja tasa de descarga a través del único efluente, las aguas tardan un año en recambiarse totalmente. Cualquier contaminante que llega al lago pasa mucho tiempo allí, lo que también da oportunidad a que afecte a la flora y la fauna y a que se incorpore a la cadena trófica y llegue finalmente a los humanos.
El uso del agua del lago para el consumo y la construcción de represas ríos arriba, junto con la ausencia de plantas de tratamiento de aguas servidas o la instalación de plantas ineficientes también pueden perjudicar al lago a mediano plazo.
La región del Baikal ha sido señalada entre aquellas donde el calentamiento global está ocurriendo más rápido. Siberia ha experimentado olas de calor extremo en los últimos años, especialmente en 2020, con temperaturas de 38° C. Este calentamiento exacerbado, conocido como la amplificación ártica, no tiene precedentes en los últimos 7.000 años. Los ecosistemas árticos están respondiendo de formas extremas también: incendios descontrolados a lo largo de Siberia, derretimiento del permafrost, desertización y aridificación, entre otros. Todavía es pronto para prever el futuro del lago Baikal, pero lo que ya sabemos, por experiencia en otros ecosistemas, es que todas las especies endémicas desaparecerán sin remedio si este lugar tan especial se perturba más allá de su capacidad para amortiguar los cambios.
Créditos fotos:
Lago Baikal en invierno por Sergey Pesterev en Wikimedia Commons
Focal del Baikal en la época de muda en la Isla Ushkan por Sergio Tittarini en Wikimedia Commons
Macho de cerceta del Baikal por Musicaline en Wikimedia Commons
Copépodo Epischurella baikalensis por EnterFraiser en Wikimedia Commons
Listvyanka, poblado en el nacimiento del rio Angará, en el Lago Baikal por Sergey Vladimirov en Wikimedia Commons
Autora:
Zaida Tárano Miranda
Divulgadora Científica
Colaboradora Provita Internacional
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